por el P. José Mª Alba Cereceda S.J.
Queridos míos:
El mes anterior no pude glosar con calma los acontecimientos que acabamos de
vivir. Perdonadme que insista ahora.
El día de Ave María transcurrió en santa alegría. Pero hay latente una
exigencia práctica: Ave María necesita nuevos suscriptores. Necesita ampliar
su radio de influencia. Necesita la entrega de cantidades a fondo perdido y
recibir donaciones y legados para constituir una base de capital a fin de
difundir la revista en muchos hogares, al principio gratuitamente durante un
año. Los nuevos lectores, después de recibirla gratuitamente, quedarán
aficionados al recuerdo personal de la Virgen y se animarán a suscribirse por
su propia cuenta. Hay además una cosa importantísima con la que sueño. Si
tuviéramos suficientes medios económicos podríamos seriamente preparar una
emisora privada de TV o de radio, para difundir por las ondas el amor a María.
En Toledo, en Alicante, lo han conseguido, ¿no puede lanzarse también Ave
María? En Santander están dando los pasos para una TV local católica. ¿No
querrá la Virgen que Ave María se ponga a trabajar por Ella con medios más
modernos? Pidamos por esta intención a la Santísima Virgen. Hemos de hacer
fructificar nuestro poco o mucho dinero para la cosecha de la vida eterna.
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La divina misericordia se ha valido de santa Faustina Kowalska para difundir
esta salvadora devoción en nuestro tiempo. El mismo Sagrado Corazón quiere que
en la época actual, en la que se ha enfriado la caridad entre los hombres,
resplandezca con renovado fulgor la divina misericordia. El Papa, al canonizar a
la nueva santa el primer domingo de Pascua, fiesta escogida por la misericordia
divina, ha querido proclamar el deseo de que esta fiesta nos enardezca a todos
para vivir consagrados a la misericordia del Corazón de Jesús. ¡Oh Jesús
amantísimo, que toda la familia de Ave María se abandone en una confianza sin
límites a tu Sagrado Corazón!
Así entenderemos bien el sentido profundo del llamado tercer secreto de
Fátima. ¿Cuál es el alma de ese secreto que ha querido el Papa hacer público
después de permanecer oculto durante tantos años? Que desde el Sumo Pontífice
hasta el último cristiano, recorriendo toda la Iglesia y toda la humanidad,
tenemos en la mano la solución de todos los angustiosos problemas que agobian
al mundo contemporáneo sacudido por la incredulidad y el culto al hombre sin
Dios. Esa solución no viene cruzando ningún camino humano. Los individuos, las
familias, las naciones, la Iglesia, deben volver a rehacer la vida desde la
misericordia de Dios. La purificación que necesita la humanidad está al
llegar; pues bien, tanto la purificación general, el ateísmo, la
descristianización, la pérdida de la fe, la relajación de las costumbres,
pueden desaparecer, con los castigos merecidos, si la misericordia del Sagrado
Corazón es el término de nuestras súplicas. Entonces se manifestará de una
manera esplendorosa, jamás conocida, la misericordia del Señor que
instaurará, entre los hombres sin rumbo, el reinado del Corazón Inmaculado de
su bendita Madre, en donde se encierra toda la gracia de su misericordia
infinita.