por el P. Manuel Martínez, MCR
El "nuevo martirio"
En la homilía durante la vigilia de oración celebrada en Tor Vegata, el
sábado 19 de agosto, el Su Santidad Juan Pablo II exhortó a los jóvenes a
abrazarse con el nuevo martirio de nuestros tiempos:
"Queridos amigos, también hoy creer en Jesús, seguir a Jesús tras las
huellas de Pedro, de Tomás, de la primeros Apóstoles y testigos, conlleva una
opción por Él y, no pocas veces, es como un nuevo martirio: el martirio de
quien, hoy como ayer, es llamado a ir contra corriente para seguir al divino
Maestro, para seguir al Cordero a dondequiera que vaya (Ap 14,4). No por
casualidad, queridos jóvenes, he querido que durante el Año Santo fueran
recordados en el Coliseo los testigos de la fe del siglo XX.
Quizá a vosotros no se os pedirá la sangre, pero sí ciertamente la fidelidad
a Cristo. Una fidelidad que se ha de vivir en las situaciones de cada día.
Estoy pensando en los novios y su dificultad de vivir, en el mundo de hoy, la
pureza antes del matrimonio. Pienso también en los matrimonios jóvenes y en
las pruebas a las que se expone su compromiso de fidelidad mutua. Pienso,
asimismo, en las relaciones entre amigos y en la tentación de deslealtad que
puede darse entre ellos.
Pienso también en quienes han empezado un camino de especial consagración y en
las dificultades que a veces tienen que afrontar para perseverar en su entrega a
Dios y a los hermanos. Y pienso igualmente en aquellos que quieren vivir
relaciones de solidaridad y amor en un mundo donde únicamente parece valer la
lógica del provecho y del interés personal o de grupo.
Queridos jóvenes, para lograr estos nobles objetivos no estáis solos. Con
vosotros están vuestras familias, vuestras comunidades, vuestros sacerdotes y
educadores y tantos de vosotros que, en lo oculto, no se cansan de amar a Cristo
y de creer en Él. En la lucha contra el pecado no estáis solos: ¡muchos como
vosotros luchan y con la gracia del Señor vencen!
Que María Santísima, la Virgen que dijo sí a Dios durante toda su vida, los
apóstoles san Pedro y san Pablo y todos los santos y santas que han marcado el
camino de la Iglesia a lo largo de los siglos, os conserven siempre en este
santo propósito.
A todos y a cada uno de vosotros os imparto con afecto mi bendición."
Siempre ha sido difícil luchar contra corriente, quizás hoy más que nunca. De
ahí la necesidad de sanear las estructuras sociales, económicas y políticas,
para crear un clima ambiental que facilite a nuestros jóvenes la práctica de
la virtud. Oremos y trabajemos incansablemente para establecer en el mundo la
civilización del amor, el reinado social de nuestro Señor Jesucristo.
"Jóvenes, Cristo os ama"
En la Misa de clausura de la Jornada en Tor Vegata, el día 20 de agosto,
el Papa recordó a los jóvenes que Cristo nos ama incluso cuando le
decepcionamos: "La Eucaristía es el sacramento de la presencia de Cristo
que se nos da porque nos ama. Él nos ama a cada uno de un modo personal y
único en la vida concreta de cada día: en la familia, entre los amigos, en el
estudio y en el trabajo, en el descanso y en la diversión. Nos ama cuando llena
de frescor los días de nuestra existencia y también cuando, en el momento del
dolor permite que la prueba se abata sobre nosotros: también a través de las
pruebas más duras, Él nos hace escuchar su voz.
Sí, queridos amigos, ¡Cristo nos ama y nos ama siempre! Nos ama incluso cuando
lo defraudamos, cuando no correspondemos a lo que espera de nosotros. Él no nos
cierra nunca los brazos de su misericordia. ¡Cómo no estar agradecidos a este
Dios que nos ha redimido llegando incluso a la locura de la cruz, a este Dios
que se ha puesto de nuestra parte y está ahí hasta el final! (4)
Celebrar la Eucaristía comiendo su carne y bebiendo su sangre significa aceptar
la lógica de la cruz y del servicio. Es decir, significa estar dispuestos a
sacrificarse por los demás, como hizo Él.
Nuestra sociedad necesita con urgencia este testimonio; lo necesitan hoy más
que nunca los jóvenes, tentados a menudo por los espejismos de una vida fácil
y cómoda, por la droga y el hedonismo, que llevan después a la espiral de la
desesperación, del absurdo, de la violencia. Es urgente cambiar de rumbo en
dirección a Cristo, que es también la dirección de la justicia, de la
solidaridad, del compromiso por una sociedad y un futuro dignos del hombre.
Esta es nuestra Eucaristía, ésta es la respuesta que Cristo espera de
nosotros, de vosotros, jóvenes, al final de vuestro Jubileo. A Jesús no le
gustan las medias tintas... Queridos jóvenes, al volver a vuestra tierra, poned
la Eucaristía en el centro de vuestra vida personal y comunitaria: amadla,
adoradla y celebradla, sobre todo el domingo, día del Señor. Vivid la
Eucaristía dando testimonio del amor de Dios a los hombres."
Vivamos la Eucaristía con la Santa Misa diaria, la acción de gracias
fervorosa, la visita al Santísimo, la Adoración Nocturna, la comunión
espiritual. Amemos al Dios escondido.