Diciembre de 2000

PARA SENTIR CON LA IGLESIA

por el P. Manuel Martínez, MCR

"JÓVENES, SED SANTOS"

El "nuevo martirio"
En la homilía durante la vigilia de oración celebrada en Tor Vegata, el sábado 19 de agosto, el Su Santidad Juan Pablo II exhortó a los jóvenes a abrazarse con el nuevo martirio de nuestros tiempos:
"Queridos amigos, también hoy creer en Jesús, seguir a Jesús tras las huellas de Pedro, de Tomás, de la primeros Apóstoles y testigos, conlleva una opción por Él y, no pocas veces, es como un nuevo martirio: el martirio de quien, hoy como ayer, es llamado a ir contra corriente para seguir al divino Maestro, para seguir al Cordero a dondequiera que vaya (Ap 14,4). No por casualidad, queridos jóvenes, he querido que durante el Año Santo fueran recordados en el Coliseo los testigos de la fe del siglo XX.
Quizá a vosotros no se os pedirá la sangre, pero sí ciertamente la fidelidad a Cristo. Una fidelidad que se ha de vivir en las situaciones de cada día. Estoy pensando en los novios y su dificultad de vivir, en el mundo de hoy, la pureza antes del matrimonio. Pienso también en los matrimonios jóvenes y en las pruebas a las que se expone su compromiso de fidelidad mutua. Pienso, asimismo, en las relaciones entre amigos y en la tentación de deslealtad que puede darse entre ellos.
Pienso también en quienes han empezado un camino de especial consagración y en las dificultades que a veces tienen que afrontar para perseverar en su entrega a Dios y a los hermanos. Y pienso igualmente en aquellos que quieren vivir relaciones de solidaridad y amor en un mundo donde únicamente parece valer la lógica del provecho y del interés personal o de grupo.
Queridos jóvenes, para lograr estos nobles objetivos no estáis solos. Con vosotros están vuestras familias, vuestras comunidades, vuestros sacerdotes y educadores y tantos de vosotros que, en lo oculto, no se cansan de amar a Cristo y de creer en Él. En la lucha contra el pecado no estáis solos: ¡muchos como vosotros luchan y con la gracia del Señor vencen!
Que María Santísima, la Virgen que dijo sí a Dios durante toda su vida, los apóstoles san Pedro y san Pablo y todos los santos y santas que han marcado el camino de la Iglesia a lo largo de los siglos, os conserven siempre en este santo propósito.
A todos y a cada uno de vosotros os imparto con afecto mi bendición."
Siempre ha sido difícil luchar contra corriente, quizás hoy más que nunca. De ahí la necesidad de sanear las estructuras sociales, económicas y políticas, para crear un clima ambiental que facilite a nuestros jóvenes la práctica de la virtud. Oremos y trabajemos incansablemente para establecer en el mundo la civilización del amor, el reinado social de nuestro Señor Jesucristo.

"Jóvenes, Cristo os ama"
En la Misa de clausura de la Jornada en Tor Vegata, el día 20 de agosto, el Papa recordó a los jóvenes que Cristo nos ama incluso cuando le decepcionamos: "La Eucaristía es el sacramento de la presencia de Cristo que se nos da porque nos ama. Él nos ama a cada uno de un modo personal y único en la vida concreta de cada día: en la familia, entre los amigos, en el estudio y en el trabajo, en el descanso y en la diversión. Nos ama cuando llena de frescor los días de nuestra existencia y también cuando, en el momento del dolor permite que la prueba se abata sobre nosotros: también a través de las pruebas más duras, Él nos hace escuchar su voz.
Sí, queridos amigos, ¡Cristo nos ama y nos ama siempre! Nos ama incluso cuando lo defraudamos, cuando no correspondemos a lo que espera de nosotros. Él no nos cierra nunca los brazos de su misericordia. ¡Cómo no estar agradecidos a este Dios que nos ha redimido llegando incluso a la locura de la cruz, a este Dios que se ha puesto de nuestra parte y está ahí hasta el final! (4)
Celebrar la Eucaristía comiendo su carne y bebiendo su sangre significa aceptar la lógica de la cruz y del servicio. Es decir, significa estar dispuestos a sacrificarse por los demás, como hizo Él.
Nuestra sociedad necesita con urgencia este testimonio; lo necesitan hoy más que nunca los jóvenes, tentados a menudo por los espejismos de una vida fácil y cómoda, por la droga y el hedonismo, que llevan después a la espiral de la desesperación, del absurdo, de la violencia. Es urgente cambiar de rumbo en dirección a Cristo, que es también la dirección de la justicia, de la solidaridad, del compromiso por una sociedad y un futuro dignos del hombre.
Esta es nuestra Eucaristía, ésta es la respuesta que Cristo espera de nosotros, de vosotros, jóvenes, al final de vuestro Jubileo. A Jesús no le gustan las medias tintas... Queridos jóvenes, al volver a vuestra tierra, poned la Eucaristía en el centro de vuestra vida personal y comunitaria: amadla, adoradla y celebradla, sobre todo el domingo, día del Señor. Vivid la Eucaristía dando testimonio del amor de Dios a los hombres."
Vivamos la Eucaristía con la Santa Misa diaria, la acción de gracias fervorosa, la visita al Santísimo, la Adoración Nocturna, la comunión espiritual. Amemos al Dios escondido.

 



Revista 659