Diciembre 2000

LA ERA DE MARÍA

 DE PEREGRINA A SANTIAGO A CARMELITA DESCALZA

por Antonio Sáez

 


El pasado 12 de octubre ingresó en el monasterio de la Sagrada Familia de Carmelitas Descalzas, en Tiana, Barcelona, la joven de 20 años Ana Marcos Notario, propagandista de AVE MARÍA. Antes de su entrada en la vida religiosa ha querido responder a estas preguntas para los lectores de la revista.

-¿Cómo se desarrolló en ti la vocación?
-Dios fue preparando mi alma poco a poco. Nací en el seno de una familia católica que formaba parte de la gran familia espiritual de la Unión Seglar de San Antonio María Claret. Mis padres han constituido una familia de nueve hijos. Yo soy la mayor. Es una gran gracia de Dios tener ocho hermanos menores a los que amar... Me siento amada por todos ellos y a mi vez los amo yo como pedazos de mi propio ser. Esta manera de vivir en familia dilata el corazón, ensancha el horizonte del alma.
En mi adolescencia, cegada un tanto por la soberbia juvenil, cuando una cree que sabe más que los demás, empecé a escurrirme un tanto de la llamada de Dios a más perfección. El ejemplo y las palabras, sobre todo de mi madre, la insistencia de mis educadores, la práctica de los sacramentos hicieron que mi rebeldía no pasara a más. Ahora veo el tiempo que se pierde con esas tonterías y las gracias que se desechan para bien del alma.
-¿Qué más añadirías a lo de antes?
-He de decir que el Señor me puso unas circunstancias que me hicieron reflexionar. Una fue la muerte de seres queridos. Así se va uno desprendiendo de ataduras de afectos que algún día terminan. Pero quizá lo que más me impactó fue la peregrinación a pie a Santiago de Compostela con la juventud de la Unión Seglar. Aquello fue formidable. Durante muchos días viví un ambiente de alegría, de caridad... Experimenté muchas gracias de Dios y reflexioné sobre tantas otras que me había dado y a las que no había correspondido. Aquel ambiente de peregrinar, la edificación que me daban todos, me hizo resolverme a dejar de vivir en la mediocridad. A partir de entonces las cosas de Dios entraban más íntimamente en mi interior, mi diálogo con el Señor se hizo más verdad. A veces el tiempo de chica, de niñata, se alarga disfrazado de modernidad. Quise empezar a ser de verdad mujer. Pero lo que más me tumbó definitivamente hacia la orientación de mi vida fueron los Ejercicios Espirituales. Decidí abrazarme con Él. Él me llamó. Me sedujo. Le contesté como en el himno del Jubileo del 2000: "Aquí estoy".
-Eres un fruto más entre tantas vocaciones del Año Santo Jacobeo. Pero, ¿por qué te atrajo el Carmelo?
-Muy sencillo. Una vida. Un libro. Leyendo la vida de la beata Maravillas de Jesús encontré la respuesta a la llamada general para servir a Dios en la vida religiosa. Decía así la beata Maravillas: "Uno de los motivos que me inclinaron al Carmelo fue el ser por excelencia la orden de la Virgen. Estas casas se llaman palomarcicos o casas de la Virgen... Éste es el camino de la carmelita a ejemplo de María... Cómo tenemos que achicarnos, ser de verdad pobres, sacrificadas, humildes, nada... Aquí está la fuerza que por su misericordia puede tener nuestra vida". Estas palabras ahondaron en mi corazón, aumentaron mi amor al Carmelo y me pusieron ante los ojos la meta radiante de la Casa de María para trabajar con Jesús en la salvación de las almas.
En lo exterior me ayudó mucho a disipar toda indecisión un viaje carmelitano que realicé con motivo de la profesión de la hermana Ana de Jesús, en la Encarnación de Ávila. La ceremonia fue muy emocionante aquel 12 de febrero pasado. Desde el coro pude seguir toda la ceremonia. Luego visité el Cerro de los Ángeles, La Aldehuela y San Clemente. Un verdadero baño carmelitano. Fui muy feliz en todos los locutorios. Ya es hora, pensaba, de estar a la otra parte de las rejas.
-¿Por qué eliges el 12 de octubre para tu ingreso?
-La fiesta del Pilar es una fecha preciosa para entrar en la orden de la Virgen. Además, ya antes de mi vocación sabía que era la fecha del ingreso de la beata Maravillas en el Carmelo de El Escorial. Quiero imitarla. Finalmente, es la fiesta de la Hispanidad y, como española, hija de santa Teresa. Me siento orgullosa de entrar el mismo día que la Virgen Santísima se apareciera a Santiago en carne mortal, y que los españoles llegaron a América para llevar el Evangelio. Por todos esos motivos el día del Pilar tiene para mí unas resonancias de amor y de cielo que las siento muy dentro. La beata Maravillas decía: "España se salvará por la oración".
-Tú has sido propagandista de AVE MARÍA. ¿Qué dices a sus lectores?
-Tener AVE MARÍA, leer la revista, es una cosa estupenda. Hoy que hay tanta rebelión contra la verdad, el Papa, tanta religión leigh, tanto confusionismo y descristianización, es una dicha que una revista mariana hable de la Virgen y enseñe que no hay otro camino para ir a Jesús que el Corazón Inmaculado de María. En esta guerra a muerte entre Satanás y la Inmaculada, la victoria de María se anuncia todos los meses en las páginas de AVE MARÍA. Yo, desde el claustro, voy a rezar por la revista todos los días. Que haya muchos propagandistas y que aumente sin límites el número de sus lectores.
-¿Qué ha sido para ti la Unión Seglar de la que has hablado?
-Ha sido el todo de mi formación. Mis padres se formaron en la Unión Seglar, así que mi formación en ella ha sido miel sobre hojuelas. Qué bien me han hecho las reuniones de grupo, los cenáculos, las peregrinaciones, su espíritu abierto a toda la Iglesia... Tengo presentes las peregrinaciones a Montserrat, al Bartolo de Castellón, a Lluc, a Santiago. Los campamentos tan formidables, las colonias. También los turno de Adoración Nocturna, las Hijas de María. El colegio del Corazón Inmaculado de María, donde recibí tan sólida formación científica, religiosa, impregnando del espíritu de la Unión Seglar, que es sentir con la Iglesia... Puedo decir que sin la Unión Seglar no hubiera llegado a feliz término mi vocación de carmelita. La máxima que nos explicaban en el campamento: "como rocas en el oleaje", me ha enseñado a imitar a la Unión Seglar, que ha permanecido firme, tradicional, invariable en el ideal sin acomodarse a los gustos mundanos. Por eso me entusiasma el Carmelo tal como hizo la beata Maravillas, y vivir como ella sin añadidos, sin modificaciones, sin gustos a las modas que pasan y no queda más que esterilidad. Ahora veo que mi Carmelo fue ya la Unión Seglar. Doy gracias a Dios por ella.
-Me gusta todo lo que hablamos, pero tenemos que terminar.
-Pues para terminar quiero decirte que, como soy tan feliz en mi vocación, le pido al Señor que sean muchas las chicas que le digan a Jesús también: "aquí estoy". Pediré a la Virgen nuestra Madre que muchas chicas sigan la vocación de misioneras en el Carmelo y sean generosas con Él que lo dio todo por cada una de nosotras.

 


Revista 659