Abril de 2000

LA ERA DE MARÍA

MARE DE DÉU DE MONTSERRAT,
PATRONA DE CATALUÑA

 

En el centro geográfico de Cataluña, en medio de un imponente macizo rocoso que alcanza en su cresta más alta 1.236 metros y que constituye una cordillera de 10 kilómetros de largo por 5 de ancho, se encuentra el mundialmente célebre santuario de Montserrat.

El nombre de Montserrat históricamente arranca de finales del siglo IX. Consta en un documento del 20 de abril del 888. Ya entonces existía una capilla en donde se daba culto. Y fue el glorioso abad Oliba quien fundó el monasterio. La poesía de la leyenda relaciona la configuración de la montaña con el estremecimiento cósmico por la muerte de Cristo en el Calvario. Y la imagen, venerada inicialmente en Barcelona y conocida como la Jerosolimitana, según una entrañable pero indemostrable tradición habría sido labrada por San Lucas. Escondida para evitar que fuese profanada durante la invasión árabe, unos pastores encontraron en una cueva de la montaña la imagen morena y maravillosamente dorada, entre fulgores, músicas y cantos.

Santa María de Montserrat es la Reina de Cataluña. Generaciones y generaciones le han cantado: Amb vostre nom comença nostra història, / i és Montserrat el nostre Sinaí. Montserrat es históricamente montaña de oración, de confesiones bien hechas, de amor a la Eucaristía, de contemplación, de proclamación de los derechos de Jesucristo sobre la sociedad. Es un lugar sagrado. Es tradición que peregrinaron a Montserrat el beato Ramón Llull y san José Oriol. Y con certeza los santos Juan de Mata, Pedro Nolasco, Raimundo de Peñafort, Vicente Ferrer, Luis de Gonzaga, Francisco de Borja, José de Calasanz, Micaela del Santísimo Sacramento, Antonio María Claret..., "sin olvidar aquel soldado que, depuestas sus armas a los pies de la Moreneta, bajó del monte para acaudillar la Compañía de Jesús", como recordó Juan Pablo II en su peregrinación al Santuario el 7 de noviembre de 1982.

Santa María de Montserrat recogió los votos y la acción de gracias de los Reyes Católicos al coronarse la unidad española. De Montserrat salieron los primeros misioneros a tierras americanas. Montserrat está en el fondo de las luchas contra los turcos –con don Juan de Austria– y en el Concilio de Trento, a través de sus grandes protagonistas, el emperador Carlos I y san Ignacio de Loyola. Montserrat actuó en primera línea en la lucha contra el liberalismo invasor de Napoleón. En 1936 Montserrat fue ara sangrienta de los mártires benedictinos inmolados por las turbas anticristianas. Y allí reposan 317 requetés del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat, que "sin ningún motivo político rastrero... morían y sufrían para que Jesucristo reinara en Cataluña y el monasterio de Montserrat fuera restaurado para el culto y bien espiritual de nuestra tierra" (J. Ricart).

A Santa María de Montserrat pedimos que vele por todos en esta hora tan difícil. ¡Nuestra Señora de Montserrat, rogad por nosotros!



Revista 652